Control de cargas, operaciones de fabricación y otras cuestiones que hacen crecer al Internet de las Cosas en Europa

Según datos de IDC, la parte central del Viejo Continente y los países del Europa del Este invertirán más de 11.200 millones de dólares en Internet de las Cosas este año.

El Internet de las Cosas todavía no ha tocado techo. Le queda mucho camino por recorrer en los próximos años, incluyendo la tasa de crecimiento anual compuesto del 20,9 % que IDC pronostica para la inversión en países europeos entre 2016 y 2020. Y, en concreto, dentro de los países que conforman la parte central del Viejo Continente y en Europa del Este.

Esa región llegará a invertir 24.000 millones de dólares en Internet de las Cosas dentro de cuatro años. Este mismo año esa cifra superará ya los 11.200 millones de dólares.

Aquí tendrán un papel fundamental el sector del transporte y el vertical de la fabricación, que aportarán unos 2.300 millones de dólares cada uno. Pero también el de servicios públicos con 1.200 millones de dólares. En lo que más insistirán todos ellos serán en el control de cargas para dar lugar a un sistema de transporte inteligente, a las operaciones de fabricación para intercambios de información y controles autónomos por parte de los propios dispositivos y, en tercer lugar, a una red inteligente de electricidad.

Pero habrá otros casos de uso importantes, como la gestión de activos de producción y en temas de hogar. Las propuestas que experimentarán las mayores mejoras son los de edificios inteligentes, las redes inteligentes de gas, la telemática de seguros y los vehículos conectados.