Datos personales: un mercado lucrativo que amenaza la protección de nuestra privacidad

Seguridad

Francesco Magnano, director general en España de www.nominalia.com, explica cómo descuidamos habitualmente la protección de nuestros datos –vendidos en ocasiones a terceros– a cambio de experiencias de navegación fáciles.

Hoy en día, el éxito de una empresa en el mundo online viene de la mano de una buena gestión de la visibilidad del sitio web, de la indexación a través de motores de búsqueda y, sobre todo, contar con clientes y potenciales para que nuestro negocio pueda funcionar online, y contar con una base de datos bien nutrida.

Una vez que el usuario entra en la página web de cualquier gran empresa, ya sea un proveedor administrativo, de servicios, una empresa de comercio electrónico o un motor de búsqueda, ésta puede almacenar inmediatamente una gran cantidad de datos sobre él, como la IP del ordenador o, a través del sistema de Geolocalización, el lugar exacto donde se encuentra, y hacerlo sin que el usuario lo sepa. Toda esta información personal es en ocasiones vendida a otras compañías que la utilizan para enviar anuncios personalizados al usuario que se ajustan a sus intereses para captar su atención mientras navega.

 

Descuidamos la protección de nuestros datos personales a cambio de experiencias de navegación fáciles

La llegada –en el mundo online de la tecnología móvil nos ha convertido en seres “hiperconectados” y “ultradependientes”. Nos hemos vuelto adictos a las redes sociales y cualquier otro tipo de herramienta online que nos permita compartir nuestras ocupadas vidas – o no – con nuestros amigos y contactos a través de links, videos, fotografias, etc. Un email, una contraseña, un nombre de usuario, pequeños detalles personales y de repente, ya estamos dentro de la maquinaria. A partir de ahí todo está diseñado para que tu experiencia online te sea fácil, agradable, intituitiva y ergonómica. Con todas estas facilidades,  ¿quién no pincha en botón “me gusta”, verdad? Además, ¿por qué negarnos si es “gratis”?

Sin embargo, no es de hecho gratis, sino que realmente pagamos por nuestra necesidad de comunicación virtual y nuestra sed de acceso a contenidos, servicios y materiales de compra. Una fuerza sobrenatural nos lleva de un sitio a otro, nos incita a comprar online, a recomendar un artículo concreto a un amigo y, de esta forma, dibujamos a las empresas un complejo -pero de gran exactitud- mapa de hábitos, gustos y gastos: un detallado resumen de nuestra vida.

Con la evolución del marketing, los gigantes de Internet pueden presumir de haber desarrollado gigantescas herramientas de recopilación de datos, con mejoras permanentes en nuestros terminales, convirtiéndose en verdaderos distribuidores de datos, a veces sin el consentimiento del usuario. En ejemplo es la aplicación móvil Angry Birds, uno de los juegos de aplicación móvil más exitosos, que transmite a las empresas interesadas nuestro identificador del móvil para que puedan enviarnos sus anuncios.

 

Datos personales: una verdadera mina de oro para aquellos que los explotan…

Unirse a la lista de correo de una newsletter, realizar compras y rellenar formularios, compartir fotos en redes sociales a través de smartphones, ver vídeos y jugar o conectar online con la gente, son oportunidades de captación de datos clave para campañas de comportamiento de e-marketing. Tras estas experiencias online, el usuario verá cómo le empiezan a llegar anuncios Flash, banners y otros tipos de publicidad orientadas a que realicen acciones específicas y, en última instancia, a comprar.

francesco magnano
Francesco Magnano es director general en España de www.nominalia.com

La evolución de la tecnología hará que en poco tiempo la información pueda ser recopilada directamente desde nuestro cuerpo. Una gran organización deportiva ha presentado recientemente una pulsera que mide la actividad física y archiva los resultados, datos que la compañía utiliza para ofrecer consejos deportivos al usuario. Este tipo de empresas y marcas son, además, apóstoles de los medios sociales y muchas desarrollan aplicaciones que diseminan nuestra información en tiempo real en Twitter o Facebook. Otra técnica comúnmente usada es el “re-targeting”, método que impacta de nuevo a los usuarios que han visitado el site del anunciante pero que no realizaron compra o actividad aún.

Por desgracia, el volumen de tránsito de datos es tan grande que a veces puede caer en manos de otro tipo de recolector de datos: el hacker. Recordemos cómo fueron asaltados los servidores de Sony y cómo los hackers tuvieron acceso a los datos de las consolas PlaysStation.

 

El destino de nuestros datos personales está en nuestras manos, si estamos dispuestos a hacer el esfuerzo

Los cambios tecnológicos mejoran constantemente en Internet, convirtiéndola en una herramienta de acceso global donde poder comunicar, compartir conocimiento y productividad, y donde la experiencia del usuario se lleva hasta el máximo. Hoy en día, los grandes nombres del mundo web pertenecen a máquinas de hacer dinero cuyo principal objetivo es maximizar beneficios y crear valor. A pesar de las advertencias, los usuarios no parecen preocuparse por el uso que se hace en la red sus datos personales.

El mejor y más reciente ejemplo es la revisión legislativa que ha llevado a cabo Google sobre las diferentes normativas de sus servicios, que ha entrado en vigor el 1 de marzo de 2012 y que supone la convergencia de todas las normas en una, que se aplicará a la mayoría de sus productos, dese el e-mail a la red social Gmail+.  La compañía se asgina el derecho a recoger y utilizar toda la información que quede registrada en sus servicios para su estudio y análisis. El motor de búsqueda podrá crear perfiles ultra-específicos de cada uno de sus millones de usuarios en todo el mundo en tiempo real.

Por todo ello, no está demás conocer que existen unas reglas básicas generales para garantizar al máximo la seguridad de nuestros datos personales:

– ¡No sucumbas a las comodidades que te ofrecen! A la hora de gestionar nuestros datos, es mejor optar por una solución de auto-gestión, como el código abierto,  en vez de confiar en el motor de un gigante empresarial. Si formas parte de la blogosfera, probablamente utilices Google Analytics para medir el rendimiento de tu proyecto. A nivel personal, tus necesidades podrían también quedar cubiertas por una herramienta de código abierto como Piwik. Este software de análisis en tiempo real y en código abierto te proporciona informes detallados de las visitas a tu web y de las palabras clave de los visitantes, las páginas más populares… Descargarlo no lleva más de cinco minutos.

– Minimizar el riesgo de la utilización de nuestros datos haciéndolos privados a través de suscripción. Aunque conlleva un coste, disminuye las posibilidades de que terceras partes  se beneficien de su explotación.

– Vigila la naturaleza de los datos que metes en internet y en las redes sociales para no tener consecuencias perjudiciales futuro. Recuerda que publicar en Facebook las fotos de tus vacaciones en los Alpes para dar envidia a tus amigos, también informa de que tu apartamento se encuentra vacío en ese momento.

– Para finalizar, procura borrar el historial del navegador para poner en práctica estos consejos. Estamos conectados tecnológicamente, es inevitable, pero limita el  control sobre nuestra historia online.

Aunque este asunto está siendo fuertemente legislado, todavía queda mucho camino que recorrer. Viviane Reding, comisaria europea de justicia y derechos fundamentales, presentó en enero 25 propuestas para reforzar la protección de los datos personales online que no se habían modificado desde 1995. Pone especial énfasis en el “derecho a f” que pondrá límite al flujo de información privada con sanciones financieras. Un primer paso hacia lo que esperamos sea la armonización del mercado que ayude a fomentar la concienciación ciudadana sobre la necesidad de la protección de datos personales.

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