El caso Eich, cuando la ideología choca con la filosofía de la empresa

La cara más visible de la empresa no puede contradecir el mensaje que ésta transmite al mercado.

Brendan Eich ha dimitido como CEO de Mozilla apenas 10 días después de ser nombrado.

La razón de su dimisión tiene que ver con la polémica generada a raíz del apoyo que el ejecutivo prestó a una campaña anti matrimonio gay en California en 2008.

Esta posición no era compatible con la filosofía de Mozilla, fundación Open Source, abierta, moderna y tolerante, como ha dicho la presidenta ejecutiva de la corporación en un comunicado.

Además, la iniciativa de OKCupid, que ha estado pidiendo el boicot al navegador Firefox, han agravado la situación guiándola a una sola salida: la cabeza de Eich.

El caso de Mozilla abre el debate de si la vida privada de los ejecutivos debe ir en consonancia a la filosofía de la empresa en la que trabajan y sobre la línea que separa el pensamiento individual del de la empresa para la que se trabaja.

La respuesta que la compañía ha dado responde que sí al planteamiento, aunque con matices. Eich ha trabajado para Mozilla desde 2005 como director técnico y ha ocupado un sillón en la Junta de la firma.

La propia presidenta ejecutiva de la empresa ha admitido en la publicación que la reacción llega muy tarde desde el nombramiento de Eich, hace 10 días. Mozilla no ha respondido hasta que la noticia ha incendiado internet y ha alcanzado la esfera más sensible, la política.

Se intuye por tanto que es posible mantener en plantilla a ejecutivos con ideales contrapuestos a los de la empresa, pero sólo en segundo plano. A la hora de elegir a un candidato a consejero delegado, esto es, la cara visible y representativa de la compañía, cabe estudiar sus actuaciones en el pasado y presente y su posición hacia temas sensibles.

Una empresa no puede permitirse enviar mensajes contradictorios a su público. Es una mera cuestión de visión de negocio.