Guía de Certificaciones Green IT

Construir una infraestructura ecológica y eficiente, con servidores, productos de almacenamiento y virtualización que reduzcan la factura de la luz y la huella ecológica de nuestra compañía es mucho más difícil de lo que pensamos.

EPEAT

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EPEAT (Electronic Product Environmental Assessment Tool) se aplica en ordenadores de sobremesa, portátiles y monitores. Fue diseñado para ayudar a los compradores a “evaluar, comparar y seleccionar… (productos)… basados en sus atributos medioambientales”. La cualificación EPEAT se basa en el estándar IEEE: IEEE 1680-2006. Define 51 criterios en ocho áreas diferentes, como reducción de materiales peligrosos para el medio ambiente (utiliza la cualificación RoHS para cumplir con esta área) y conservación de la energía (según los mínimos de la certificación Energy Star).

Una de las características más importantes de EPEAT es que cubre un gran número de aspectos. Por poner un ejemplo, enumero a continuación seis áreas que le competen además de las dos mencionadas y pongo un ejemplo de cada una de ellas: tipo de material utilizado (exige una declaración de que el plástico puede ser reciclado después de su uso); diseño del ciclo de vida (exige que al menos un 56 por ciento del material utilizado sea reciclado y reciclable); longevidad del producto y extensión de vida (exige que haya un servicio de recogida), rendimiento corporativo (exige que tenga un sistema de gestión medioambiental para su diseño y fabricación); y empaquetado (exige que el embalaje sea reciclable).

En cuanto a su sistema de calificación, EPEAT utiliza tres niveles: Bronce, que significa que el producto reúne los 23 criterios obligatorios; Plata, que significa que además de estos 23 criterios cumple con al menos el 50 por ciento de los criterios opcionales; y Oro, que significa que reúne todos los criterios obligatorios y al menos el 75 por ciento de los opcionales, o como poco, 44 de los 51.

RoHS

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Acrónimo inglés de Restriction of Hazardous Substances. Es la directiva europea que restringe el uso de sustancias peligrosas, etiquetadas así por la propia directiva. Básicamente, un producto certificado con RoHS tiene que cumplir con los límites impuestos por la Unión Europea en cuanto a niveles de plomo, cadmio, mercurio y otras sustancias que no deberían nunca terminar en nuestros campos.

Es importante saber que un producto que lleve el logo RoHS no significa necesariamente que no haya sido fabricado con algunas de esas sustancias. Existen bastantes excepciones, como por ejemplo cuando no hay una sustancia alternativa que pueda sustituir a la peligrosa. Hay también máximos permitidos “para la trazabilidad del producto”. Tenga el RoHS o no, yo nunca tiraría un dispositivo electrónico al estercolero, y me aseguraría de llevarlo, al menos, al punto limpio más cercano.