Linus, sorprendido por la flexibilidad de los núcleos 2.6

En la historia de Linux siempre ha habido dos ramas paralelas de desarrollo: por un lado se encontraban los núcleos de sistema ‘estables’ (números pares), y por otro, las ramas inestables o de pruebas (números impares). Así, la versión estable 2.0.x convivió con la 2.1.x, mientras que la 2.2.x convivió con la 2.3.x y la 2.4.x con la 2.5.x. Precisamente esas ramas inestables van aportando mejoras que se aplican a la siguiente generación de núcleos estables, que son los que se utilizan en las distribuciones comerciales.

Pero no está ocurriendo lo mismo con la familia 2.6 del núcleo de Linux. De hecho, la flexibilidad de este kernel es tan sorprendente que el propio Linus Torvalds declaraba que “siempre he dicho que si había algún cambio tan fundamental como para romper toda la línea de desarrollo, podríamos comenzar con la familia 2.7 en ese punto”.

Sin embargo, no ha ocurrido así. Linus añadía que “hemos sido capaces de realizar cambios realmente invasivos en el núcleo sin desestabilizarlo”. El vídeo publicado en ZDNet desvela además otros problemas con los que está lidiando Linus, que cree que algunos desarrolladores del núcleo están poniéndoselo difícil a nuevos programadores para aportar mejoras.

Por lo tanto, parece que tendremos kernel 2.6 para rato. Y una de las mejoras más importantes de la próxima serie 2.6.20 – nota a los linuxeros – será la inclusión de la tecnología KVM, que mediante el uso de una librería modular permitirá ofrecer una solución de virtualización implícita en el sistema sin los engorros de otras alternativas anteriores, como la paravirtualización ofrecida por Xen, que obligaba – al menos, hasta hace poco – a tener que usar un núcleo modificado para poder cargar imágenes de sistemas operativos virtuales.

vINQulos
ZDNet