4 claves para gestionar el retorno a la oficina en el mundo híbrido

“Volver porque sí no es razón suficiente. El empleado necesita una razón convincente para regresar que haga que merezca la pena destinar su tiempo y dinero”, explica Poly.

La pandemia impulsó el teletrabajo y el paso del tiempo está devolviendo a los trabajadores a la oficina. Pero esa oficina ha cambiado.

El lugar de trabajo presencial está pasando de un amplio espacio diáfano con mesas distribuidas, según lo define Poly, a un punto de encuentro entre compañeros en un lugar más pequeño capaz de aportar una experiencia más cómoda y enriquecedora, conocido como “the espresso office“.

Las empresas que quieran seguir siendo competitivas, deben trazar un plan de retorno a la oficina que tengan en cuenta el nuevo modelo de trabajo híbrido.

Así lo determina en el informe A Reset for Return to the Office? The Journey to Hybrid Working la compañía de comunicaciones Poly, cuyo vicepresidente sénior para EMEA, Paul Clark, explica que “conseguir que los trabajadores híbridos regresen con motivación a la oficina es fundamental para el buen funcionamiento” de este nuevo modelo.

Volver porque sí no es razón suficiente“, explica. “El empleado necesita una razón convincente para regresar que haga que merezca la pena destinar su tiempo y dinero”. Y, “para esto, las empresas necesitan profundizar en su cultura de trabajo y conseguir que el atractivo de volver resida en la experiencia total que se recibe. Una experiencia que sea diferente a la que conocía y en la que el empleado obtenga un valor”.

“Por ejemplo, a través de la interacción con otros perfiles de empleados y departamentos mediante espacios versátiles y dotados de alta tecnología”, señala Clark. “Esto ayudará a atraer a los empleados a la oficina, en lugar de imponerles el regreso o utilizar tácticas que servirán solo en el corto plazo. En esencia, los retos en torno a la vuelta a la oficina son tanto culturales como técnicos”.

Para impulsar el regreso a la oficina, Poly cree que hay que asentar cuatro pilares, comenzando por reconocer que existe cierta reticencia a reincorporarse porque las expectativas de los diferentes perfiles de empleados han ido cambiando. Muchos no quieren dejar el teletrabajo por motivos de conciliación, ahorro de los desplazamiento, productividad o seguridad.

En segundo lugar, es importante impulsar la “colaboración interfuncional” entre departamentos y equipos a la hora de crear un lugar de trabajo común, rompiendo los silos entre TI, recursos humanos y las instalaciones.

A continuación, habría que acometer una adaptación digital del entorno, a través de equipos de videoconferencia o salas de reuniones adaptadas al trabajo distribuido.

El otro pilar fundamental es la promoción de una cultura que favorezca el espacio común de trabajo, lo que implica un correcto entendimiento del parecer de la plantilla y una buena estrategia de comunicación.