En un momento en el que las energías renovables están en auge y son apoyadas tanto por consumidores como por fabricantes de dispositivos, el diseñador industrial británico Phil Pauley ha desarrollado un sistema híbrido capaz de aprovechar al mismo tiempo la energía generada por el sol y la que proviene de los movimientos del agua del mar.
Este proyecto ha sido bautizado con el nombre de Marine Sollar Cells, o celdas solares marinas, y está compuesto por una red de boyas construidas a base de placas fotovoltaicas. De este modo, mientras la superficie del sistema recibe el impacto de los rayos del sol, el desplazamiento de flotabilidad natural de las boyas en el mar ayuda a capturar la energía de las olas.
Además, gracias a la naturaleza reflectora del agua, la eficiencia del componente solar se aumenta en un 20% respecto a la de los sistemas instalados sobre tierra. Sin contar los beneficios de recibir dos fuentes energéticas inagotables “por el precio de una”.
La estructura puede construirse mediante la combinación de materiales reciclados. Y, al amarrarse bajo agua a modo de batea, se abren las puertas a infinidad de localizaciones posibles, incluso lejos de la costa o a gran profundidad para crear verdaderas baterías submarinas y plantas de energía en zonas de mareas turbulentas.
Ese es su potencial, ya que de momento la tecnología se encuentra prácticamente en fase de laboratorio, tal y como explica TechCrunch. Sólo el tiempo dirá si se convierte en una realidad.
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