Aunque muchas veces creemos que las protestas y manifestaciones no sirven de nada, para el primer ministro húngaro Viktor Orban la señal ha sido muy clara. La propuesta de su gobierno de tasar el uso de datos en conexiones fijas y móviles ha sido un completo desastre al que gran parte de la población se ha opuesto.
A diferencia de lo que ocurre en España, donde las leyes, decisiones e impuestos se imponen sin tener en cuenta las protestas, la respuesta del gobierno de Hungría a las protestas no sólo ha sido positiva, sino también rápida. En lugar de dar excusas y justificaciones en las que indican que las circunstancias les “obligan” a tomar decisiones difíciles, Hungría ha decidido dar marcha atrás.
Si bien eso no exime el que haya intentado abusar de sus ciudadanos con un impuesto absurdo, al menos saben reconocer sus errores. Eso sí, Vivktor Orban no se da por vencido y espera encontrar una solución para que parte de los enormes ingresos que se obtienen e Internet reviertan en parte en el estado. Veremos cual será su próxima brillante y genial idea.
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