Desde Microsoft solo verían con buenos ojos el pago de 502.000 dólares por la tecnología de vídeos H.264 y 736.000 dólares por la tecnología inalámbrica 802.11.
Para Motorola las cantidades que se barajan desde Redmond son muy bajas, y creen que el acusado debería ser obligado a abonar un porcentaje de los beneficios obtenidos por los productos que han infringido sus patentes, entre los que se incluyen Windows 7 o la consola Xbox 360.
En ese sentido, demandan unos royalties del 2,25 por ciento por las patentes de vídeo, lo que vendría a equivaler a una cantidad cercana a los 100-125 millones de dólares, mientras que para las patentes Wi-Fi sería de entre el 1,15 y el 1,73 por ciento, por lo que la cantidad a recaudar en ese apartado sería inferior.
Para la gente de Microsoft las demandas de Motorola no son justas porque esas patentes entran dentro de la categoría “standard-essential”.
Estaremos atentos a la evolución del caso, cuyo veredicto final se producirá a principios del año que viene.
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