Las Reelight Electrodynamic Bike Lights son unas luces para bicicletas que no utilizan energía de baterías o dinamos, sino inducción electromagnética. Son escandinavas y a mí eso ya me basta para comprarlas, aunque no tengan ojos azules ni sean rubias. Su funcionamiento es muy sencillo. O eso dicen. Utiliza dos imanes de neodimio que, al pasar el uno cerca del otro mientras la bicicleta está en marcha, generan una corriente eléctrica que alimentan las luces de la bicicleta. Pues a mí, como si me dicen que utiliza imanes de adamantium y fusión fría de Red Bull y Gatorade, la verdad. Lo malo: la luz se apaga cuando paras la bicicleta, así que cuidado con los cruces. Iluminar tu camino y que otros te vean sin tener que sufrir fricción innecesaria te costará 18 euros por una o 34 euros por un par, además de los gastos de envío desde Copenague.
Página de producto [Reelight vía Treehugger]
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