Revolución en el horizonte

La confianza que el público está depositando en las Nuevas Tecnologías está propiciando un orden de costumbres que modificará las relaciones actuales.

La relevancia de Internet es indiscutible. Un último estudio muestra que el 60 por ciento de los jóvenes no puede pasar sin el medio y, si la cifra no fuera significativa por sí misma, un 49 por ciento del mismo estrato está conectado más de dos horas al día.

La tendencia, al alza como se puede sospechar, ya tiene nombre. La Generación I, que sustituye a la ya extinta Generación X, engloba a consumidores menores de 35 años que, directamente vinculados a las Nuevas Tecnologías, desarrollan diferentes grados de interrelación con estas modalidades digitales.

Tanto los móviles como el mail parecen dinamizar los contactos sociales de los más adolescentes a la hora de programar su ansiado tiempo de ocio, a la vez que en la categoría superior, los que ya poseen nivel adquisitivo para irse de casa, contemplan Internet como vía de información para presentarse al fin de semana. Ya sea para visitar exposiciones o degustar vinos.

Mientras, la división protagonizada por los maduros con vástagos se sirven de la misma tecnología, entre otras cosas y por orden, para conocer el saldo bancario con el que cuentan, para saber dónde se encuentran las mejores ofertas y productos de consumo y, cómo no, para abastecerse de noticias de actualidad en el lugar de trabajo.

Los hábitos y costumbres del siglo XXI están cambiando a ritmo vertiginoso. Influido por la introducción masiva de dispositivos TI, el verdadero artífice de la era cibernética, el simple usuario, está asistiendo a una revolución que nada tiene que envidiar a las del pasado.

Las alternativas de comunicación se están ampliando en todos los sentidos y con una acogida por parte del público que parece no tener fin. Internet se ha ganado la confianza merecida, al tiempo que las soluciones relacionadas desvelan una óptica que modificará los cimientos de esta sociedad. Nuevas metodologías a la hora de trabajar, disfrutar, viajar y contactar son sólo algunas vistas del horizonte que nos espera.