Según explica el doctor Gil Pratt, consejero delegado del TRI, este instituto ha sido creado con la misión de liderar los avances de Toyota en nuevas áreas entre las que destaca la seguridad, de forma que el objetivo último de su desempeño es hacer los coches aún más seguros y eventualmente llegar a producir un coche que sea totalmente incapaz de ocasionar un accidente.
Pratt es un antiguo profesor del Instituto Tecnológico de Massachussets además de director de proyectos de DARPA, la agencia militar estadounidense de proyectos avanzados de defensa, y ahora cuenta con unos generosos fondos y la más amplia libertad para dirigir sus esfuerzos en la investigación encargada. Para empezar TRI cuenta con un presupuesto de 1.000 millones de dólares que cubrirán los primeros cinco años de trabajo.
Los otros componentes de este selecto grupo también provienen de DARPA, así como de la dirección del departamento de robótica de Google o de la dirección de proyectos de Toyota así como de diversos laboratorios del MIT.
Pratt nos previene sobre el resultado de su trabajo, indicando que no será en un plazo corto cuando podamos verlo en algún salón del automóvil pero sí afirma que la propia Toyota podrá emplear el resultado de sus avances, lo que con el tiempo sí redundará en la seguridad de todos los automovilistas.
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