Vine, la aplicación patrocinada por Twitter que permite compartir clips cortos de vídeo, salió a la luz a principios de año.
¿Es mucho? ¿Poco? ¿Lo esperado? Basta con decir que en junio “sólo” contaba con 13 millones de adeptos. Aunque se desconoce cuántos de ellos son activos y cuántos se han limitado a abrir una cuenta sin haber aportado contenido o seguir conectándose.
En todo caso, el poder de crecimiento de Vine, avalado por la compañía que está detrás de su desarrollo y su perfecta integración con la red social del pajarito azul, pone en evidencia que compartir fotos estáticas y aplicar filtros de color ya no es lo único que atrae a los internautas.
Hace apenas una semanas, Chad Hurley y Steve Chen, los fundadores de YouTube, sacaban su propia aplicación móvil que “permite grabar, editar y publicar vídeos tan cortos como un segundo o tan largos como una hora”: MixBit.
Vine, por su parte, limita las grabaciones a seis segundos y las muestra en forma de bucle.
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