El presidente Biden firma la ley de estímulo para la fabricación de microchips, dotada con 280.000 millones de dólares

El estímulo legislativo estadounidense a la fabricación en el país de microchips se ve apoyado por planes de inversión multimillonaria de empresas como Micron o Global Foundries.

Estados Unidos no se resigna a no liderar la carrera de fabricación de microchips, especialmente con las actuales tensiones entre China y Taiwán que podrían derivar en una invasión de la isla por parte del gigante asiático.

Una de las consecuencias sería que el actual predominio en el sector de una empresa como TSMC (54 % de cuota de mercado) pasaría a estar supeditado a China. De ahí que para reforzar la competitividad el presidente Joe Biden haya firmado una ley de estímulo de la fabricación de tecnología punta, lo que incluye los microchips.

En el anuncio de la firma el presidente Biden afirmó que el propósito de esta normativa era apostar por las inversiones en territorio estadounidense para “ganar la competencia económica del siglo XXI”.

Para estimular ese crecimiento la ley contempla la dotación de 280.000 millones de dólares en estímulo para la fabricación de microchips en Estados Unidos, buscando incentivar inversiones en el país que ayuden a minimizar la dependencia de cadenas de suministros procedentes de industrias asiáticas.

Empresas como Micron o Global Foundries tienen previstas inversiones que, en el caso de la primera, alcanzan los 40.000 millones de dólares destinados a reforzar la producción de memorias, mientras que en el caso del segundo tiene planeada la instalación de una planta de fabricación de microprocesadores en el estado de Nueva York.