Neutralidad de carbono, objetivo de los centros de datos europeos para 2030

Analizamos de la mano de Interxion el pacto europeo de autorregulación que ella misma ha suscrito para elevar la eficiencia de los centros de datos y lograr que estos sean climáticamente neutrales para 2030.

Cuando se habla de centros de datos, además de su protagonismo en la transformación digital y su papel estratégico en el futuro de nuestro país,  en no pocas ocasiones, salen a relucir temas como su eficiencia, más concretamente,  sobre el elevado consumo de energía que estas instalaciones provocan.

Una crítica que desde Interxion, entre otros actores de la industria de los CPDs, no solo niegan sino que además quieren combatir con iniciativas como la que acaban de realizar a nivel europeo, un Pacto que ha unido a 25 empresas y 17 asociaciones de la industria europea de cloud y data centers, para conseguir la neutralidad de carbono en 2030 y la mayor eficiencia energética como sector.

Concretamente, el Pacto es una iniciativa de autorregulación para que los centros de datos en Europa sean climáticamente neutrales para 2030.

Entre las compañías participantes, además de Interxion, encontramos a Amazon Web Services, Google, Equinix, Atos, Data4, NTT, Aruba, OVHcloud o Gigas.

Climáticamente neutrales

Un compromiso en el que todos ellos se une para garantizar que sus centros de datos sean climáticamente neutrales mediante el establecimiento de ambiciosos objetivos medibles para 2025 y 2030 en las siguientes áreas: eficiencia energética demostrable con objetivos medibles; compra de energía 100% libre de carbono;  priorizar la conservación del agua; reutilizar y reparar servidores; y búsqueda de nuevas formas de reciclar el calor.

Unos retos que, como explica Robert Assink, director general en España de Interxion, aunque particularmente para su compañía no son especialmente difíciles de cumplir, no sucede lo mismo con el resto de las empresas de la industria.

Robert Assink, director General de Interxion España.

“Depende de muchos factores, de si son empresas que poseen el control o no de la infraestructura, de los equipos que tienen instalados, etc. Cuanto más antiguos, lógicamente es más difícil ser eficientes. En nuestro caso, este es nuestro negocio y, por ello mismo, renovamos constantemente nuestro equipamiento para mejorar tanto su eficiencia energética como el servicio que les damos a nuestros clientes. Por ejemplo, en el caso del centro que abrimos en el año 2000, en Madrid, casi todos sus elementos ya han sido renovados una, dos o tres veces. Por eso creo que, en nuestro caso, sería relativamente fácil cumplir con cualquier regulación pero queremos tirar del carro para que otros se conciencien”.

Concienciarse para, entre otras medidas, lograr que, en 2025, todos los nuevos centros de datos en climas fríos y operando a plena capacidad cumplan con un objetivo anual de PUE, (el estándar de eficacia en el uso de energía) de 1.3.

Las instalaciones en climas cálidos solo tendrán que cumplir con un PUE de 1.4, porque deben usar energía para enfriar sus servidores de TI. Los centros de datos heredados existentes tienen peores PUE y tendrán hasta 2030 para cumplir con estos objetivos.

El clima no es el único criterio

¿Es por tanto la solución trasladar o construir todos los centros de datos en zonas con climas fríos? Una decisión por ejemplo que ha tomado el Ministerio de la Seguridad Social y por la que desplazará su centro de datos a Soria. 

Assink no duda en contestar que esa no es la opción.

“Si solo tenemos en cuenta el factor del clima para la eficiencia energética pues no haría falta poner por ejemplo construir grandes centros de datos, poner grandes máquinas con instalaciones críticas, etc. Podrías poner, por ejemplo, una sala de 100 metros cuadrados, con un único ordenador y abrir las ventanas y tendrías un PUE perfecto, no tienes que enfriar nada… Es decir, los extremos nunca son buenos y, por el mismo motivo, si construimos o desplazamos todos los centros de datos a zonas con un clima frío, la eficiencia energética puede que sea mejor pero no necesariamente esto significaría que estamos haciendo el mejor uso de la inversión económica. Incluso puede que el servicio sea peor por temas de latencia”, explica.

De hecho, en su opinión, una tendencia a la que estamos asistiendo y que sí es acertada es el cierre de los pequeños centros de datos y, como consecuencia, su consolidación en grandes CPDs.

“La tendencia es que los pequeños centros de datos se cierren para concentrar todo en centros de datos grandes, donde se consigue esa masa crítica necesaria para una mejor eficiencia energética. Incluso, ya no es necesario que una empresa tenga su propio centro de datos con sus propias máquinas, para eso tienes la opción del cloud. Todas estas opciones son mucho más eficientes en cuanto a inversión económica y más eficientes desde el punto de vista energético”.

Así, Assink señala cómo el Gobierno de EEUU, concretamente 24 agencias federales de dicho país, participan en la Iniciativa de Optimización de Centros de Datos (DCOI) que busca el cierre de más de 200 centros de datos con los que esperan ahorrar hasta 6.000 millones de dólares.

Y reitera en ese sentido que “ningún país tiene que ser excelente en la gestión de sus propios centros de datos ni tiene por qué construirlos. Hay otros que lo saben hacer muchísimo mejor y el dinero está mucho mejor invertido contratando el servicio a especialistas como es el caso de Interxion”.

Más tráfico no implica mayor consumo

Volviendo a la crítica que habitualmente se hace a la industria de los centros de datos sobre su elevado consumo energético, el director general de Interxion en España, afirma que esa argumentación no se sostiene ni tan siquiera en épocas como la que vivimos en la que se han incrementado enormemente el tráfico de datos.

“Como indica la propia Agencia Internacional de la Energía, el tráfico mundial de Internet aumentó casi un 40% entre febrero y mediados de abril de 2020, impulsado por el crecimiento de la transmisión de video, las videoconferencias, los juegos en línea y las redes sociales. Este crecimiento se suma a la creciente demanda de servicios digitales durante la última década: desde 2010, el número de usuarios de Internet en todo el mundo se ha duplicado, mientras que el tráfico global de Internet se ha multiplicado por 12″.

“Sin embargo, las rápidas mejoras en la eficiencia energética han ayudado a limitar el crecimiento de la demanda de energía de los centros de datos y las redes de transmisión de datos, cada uno de los cuales representó alrededor del 1% del uso global de electricidad en 2019”, explica.

Y es que, como explica, Robert Assink, “nuestros equipos han tenido más tráfico pero no han subido por ello su consumo de energía porque son máquinas que están dimensionadas para escalar de forma fácil y sin consumir más”.

Un futuro en el que la eficiencia energética marcará los pasos de un sector que, además, también lucha por reducir la huella de carbono de sus actividades.

“Es cierto que no somos un sector intensivo en personal o en desplazamientos y por ello nuestra emisión de C02 es mínima pero, aún así, somos conscientes de la importancia de preservar el planeta y de combatir el cambio climático. Por ejemplo, en Europa, todos nuestros centros de datos, por contrato, utilizan energías 100% renovables”.

Un compromiso que, en el caso de España, además contempla desde hace años iniciativas como “la plantación de árboles en Miraflores de la Sierra (Madrid) y en los Picos de Europa para compensar la huella de carbono que generamos por desplazamientos o actividades complementarias en el centro de datos”, añade.