Pérdidas de ingresos, daños a la reputación y acciones legales, riesgos de una mala gestión de la soberanía digital

Gartner advierte sobre la configuración de “una compleja gama de obligaciones regulatorias transjurisdiccionales” y otros condicionantes, como “prohibiciones de importación/exportación” o “protocolos tecnológicos específicos de cada país”.

Una soberanía digital no gestionada tendrá importantes consecuencias para las empresas. Gartner calcula que 3 de cada 10 multinacionales experimentará en 2025 pérdidas de ingresos, daños a su marca y acciones legales debido, precisamente, a este riesgo de una soberanía no gestionada.

La consultora advierte de que el riesgo avanza hacia los clientes de los proveedores de tecnología, que deben ser consideraron como una parte más de la cadena de suministro de las organizaciones.

Además, a medida que las organizaciones se transformen en negocios digitales, tendrán que lidiar con los condicionantes del libre mercado digital que ya afectan a esos proveedores.

Los expertos creen que las iniciativas de producción de nuevos productos digitales se verán perjudicadas si no se realiza una localización efectiva de los mismos. Esto es, si no se adaptan a los requisitos reglamentarios y estándares tecnológicos de cada mercado, junto con la cultura y el idioma de los clientes.

“Durante los últimos treinta años, las multinacionales han gestionado sus operaciones de negocio con el telón de fondo de la evaluación del riesgo de los entornos económicos y políticos de los países en los que operan”, declara Brian Prentice, vicepresidente analista de Gartner. “Ahora necesitan ampliar el riesgo soberano para incluir lo digital, con el objetivo evitar posibles consecuencias, ya que se fragmenta cada vez más a lo largo de líneas nacionales y regionales”.

“A medida que más países persiguen estrategias digitales soberanas, lo que surge es una compleja gama de obligaciones regulatorias transjurisdiccionales, restricciones arancelarias, prohibiciones de importación/exportación, protocolos tecnológicos específicos de cada país y requisitos de contenido local“, enumera Prentice.

“Dado el papel fundamental de lo digital en las operaciones empresariales”, señala, “los ejecutivos deben comprender el riesgo soberano digital y su impacto en las condiciones de negocio”.