Solamente un 16 % de las grandes empresas españolas dispone de automatización total
La media española es superior a la francesa (12 %), pero inferior a la alemana (18 %) y sobre todo a la británica (27 %).
Las grandes empresas que disponen ya de una automatización total en España son minoría. Su porcentaje se sitúa en un 16 %.
Así queda reflejado en el estudio Sobrevivir al cambio mediante la automatización de toda la empresa de Red Hat, que también indaga en las realidades de otros países europeos como Reino Unido, Francia y Alemania.
En el caso de Francia es un 12 %, mientras que Alemania (18 %) y Reino Unido (27 %) superan la media española en automatización total de las organizaciones.
Red Hat desvela que una tercera parte de las compañías españolas ha desarrollado una estrategia de automatización, pero todavía no ha empezado a ejecutarla.
Entre los encuestados que no están avanzando, muchos citan obstáculos como el déficit de habilidades, la falta tecnología madura o las implicaciones en materia de seguridad.
Y, ¿cuáles son los beneficios asociados a la automatización total? En primer lugar se sitúa la mejora del servicio y la experiencia al cliente, según un 31 % de los sondeados. Le sigue el impulso de la colaboración y la posibilidad de seguir el ritmo a los avances tecnológicos (23 %). Otras ventajas tendrían que ver con el nivel de ingresos y ventas y la productividad de los equipos.
Además, hasta un 28 % de los responsables de TI de nuestro país opina que su empresa terminará perdiendo dinero si no se lanza a por esa automatización completa.
Un tercio de las empresas españolas busca la automatización especialmente para operaciones como la inteligencia de amenazas o la respuesta ante incidentes. La automatización de TI se sitúa en segundo lugar (31 %).
Para propiciar el cambio, los profesionales de España creen que es tan importante formar como exponer los beneficios que se pueden conseguir.
En general, a la pregunta de cómo reaccionan los equipos ante la adopción de nuevas tecnologías o procesos, la gran mayoría de los interrogados por Red Hat reconoce que sus empleados son reacios al cambio. Hay personas que consideran no tener tiempo para la implantación de la automatización o que se sienten abrumadas ante la complejidad. Otras prefieren asumir sus propias gestiones.
De cara al futuro, las organizaciones deberán resolver desafíos como la disminución de la demanda, los recortes presupuestarios y el cumplimiento normativo.
Los profesionales que trabajan en empresas que todavía no han alcanzado una automatización total confían en que su adopción permita superar diferentes retos, desde la implementación de nuevas tecnologías a la retención de talento o la gestión del cambio climático.