A fondo: Beneficios de involucrar a los empleados en las decisiones de compra de tecnología

Un estudio de Lenovo e Intel profundiza en cómo “un despliegue correcto de la tecnología es varias veces superior al gasto inicial de las nuevas oportunidades y modelos de negocio”.

La tecnología se ha convertido en la aliada perfecta de las empresas para seguir operativas en plena pandemia de coronavirus. Gracias a los equipos informáticos portátiles, la nube, internet o herramientas de seguridad como redes privadas virtuales, muchos trabajadores se han podido trasladar de la oficina a sus casas, mantenerse a salvo y activos.

En este entorno de trabajo en remoto, o incluso híbrido, los responsables de los departamentos de TI (ITDMs) incluyen la mejora de hardware, software y servicios en sus iniciativas EX, sobre experiencia de los empleados. Es decir, están incrementando el gasto en tecnología.

Y, como resultado, observan una rentabilidad del 5x, según el estudio Empoderar a los empleados mediante la tecnología adecuada de Lenovo e Intel. Por cada dólar invertido, se consigue un incremento de 5 dólares en forma de productividad mejorada, agilidad organizativa y satisfacción de los clientes.

Esto explica, a su vez, que las empresas estén planeando incrementar las inversiones en tecnología casi un 25 % durante el próximo par de años, a pesar de la crisis económica que atenaza al mundo.

El informe de Lenovo e Intel, comandado por Forrester a lo largo del tercer trimestre de 2020, resuelve que el impacto de la tecnología sobre la experiencia de los trabajadores y su relación total con la organización es “mucho mayor” de lo que se creía.

Tanto los líderes empresariales como sus equipos creen que la satisfacción con la tecnología es un objetivo clave. Hasta 6 de cada 10 ITDMs están viendo incrementos de más del 10 % en las puntuaciones EX al actuar sobre la satisfacción tecnológica de sus plantillas.

Pero para obtener resultados de garantía habrá que invertir con sentido. Y esto pasa por entender bien qué es lo que necesitan los empleados. Los datos del estudio revelan que existe una brecha entre lo que los gestores informáticos piensan que es prioritario y lo que los empleados quieren.

Diferencias entre directivos y trabajadores

La principal preocupación de los responsables de los departamentos de TI es la longevidad de sus inversiones en tecnología, más que su impacto en la motivación de las personas. Y, mientras un 84 % cree que sus trabajadores serían capaces de cambiar fácilmente entre dispositivos informáticos en caso de tener que reemplazar su ordenador actual, solamente la mitad de los empleados corrobora este extremo.

De hecho, los trabajadores se muestran frustrados en diferentes escenarios de uso de dispositivos. El 50 % indica que sus dispositivos están anticuados y no son lo suficientemente potentes. Y un cercano 46 % se queja de que su software falla a menudo, lo que interrumpe las tareas laborales.

Además, solamente un 33 % de los encuestados se muestra extremadamente satisfecho con su portátil corporativo actual. Y no pasa del 30 % el porcentaje de quienes confirman que ese portátil, o una versión de sobremesa, facilita la colaboración horizontal.

Mientras sus superiores se concentran en la integración informática estratégica, ellos piensan más en la experiencia tecnológica que tienen cada día y reclaman dispositivos que funcionen de forma consistente. En lo que ambas partes están de acuerdo es en que se podrían optimizar y alinear los ciclos de renovación.

Lo que queda claro es que existe margen de mejora. Para que la brecha actual se reduzca, una solución sería involucrar a los empleados en las decisiones de adquisición de tecnología. El 72 % de los empleados se muestra convencido de que escuchar a la plantilla permitiría mejorar la experiencia final. Lo que necesitan estos trabajadores son dispositivos potentes en rendimiento, conectividad, portabilidad y fiabilidad. Además, ellos se fijan en detalles como el tamaño, el peso y la duración de la batería.

Otra medida útil sería centrarse en los ordenadores, que son básicos para tareas cotidianas y la colaboración profesional. Hay que trazar una base sólida de dispositivos y herramientas de colaboración, para abordar las necesidades inmediatas de los empleados, mientras se exploran en paralelo tecnologías más avanzadas como 5G, inteligencia artificial y realidad aumentada y virtual.

Así las cosas, los directivos deben reorganizar prioridades y buscar formas de mejorar la EX en vez de abordar sólo métricas específicas de productividad. O al menos eso es lo que reflejan las cifras y la opinión de los expertos.

Más allá de la inversión inicial

La tecnología importa, “como una inversión crítica y no sólo como un simple coste de transacción”, señala Christian Teismann, presidente del Grupo de Negocio de PCs y Dispositivos Inteligentes Comerciales de Lenovo. “El beneficio que puede aportar un despliegue correcto de la tecnología es varias veces superior al gasto inicial de las nuevas oportunidades y modelos de negocio”.

“Dado que los empleados representan el principal activo de la compañía, el estudio” realizado junto a Intel “identifica oportunidades para mejorar el rendimiento de la inversión en tecnología al centrarla en dispositivos informáticos y herramientas de colaboración, al tiempo que se hace partícipes a los empleados de las decisiones de compra”, resume Teismann.

“En el actual entorno laboral remoto e híbrido”, subraya, “estos pasos resultan esenciales para las empresas a la hora de desbloquear oportunidades que van más allá de la inversión inicial en tecnología”.