“Lo que es ilegal en el mundo real debe serlo también en el virtual”

La nueva Ley europea de Servicios Digitales será de obligado cumplimiento a partir de mayo de 2023.

Los negocios digitales deberán cumplir con una nueva normativa en cuestión de meses. La Ley de Servicios Digitales (DSA) fue aprobada por el Parlamento Europeo el pasado verano y, tras entrar en vigor, será de obligado cumplimiento a partir de mayo.

El objetivo es proteger los derechos de los internautas, incluyendo la lucha contra el fraude, y fomentar la competencia equitativa entre las compañías del sector.

“El concepto primordial de esta ley es que lo que es ilegal en el mundo real debe serlo también en el virtual“. Así lo resume la empresa de servicios ANOVO, que añade que la ley “busca hacer frente a comportamientos por parte de las empresas digitales como la venta de productos falsos, con el usuario como principal favorecido de este decreto”.

Bruselas ha puesto el foco en las grandes plataformas de internet, que deberán atender a las demanda para la eliminación de contenido ilícito o falso. Las autoridades podrá exigirles que tomen medidas inmediatas y los perjudicados podrán reclamar indemnizaciones, con la previsión de multas de hasta el 6 % de la facturación o la suspensión temporal del servicio.

Son cuatro los puntos más importantes de la DSA para ANOVO, que advierte a las compañías sobre la inminencia del cambio. Uno es esa lucha contra el contenido ilegal, que obliga a habilitar un mecanismo de aviso-acción para facilitar las denuncias por parte de los usuarios.

También destaca la introducción de la responsabilidad algorítmica, que implica una mayor transparencia sobre el funcionamiento de las plataformas, al que podrán tener acceso desde organismos gubernamentales a particulares.

Mientras, la publicidad personalizada se verá condicionada por un mayor control de los usuarios sobre sus datos. Queda prohibido el uso de información sobre ideología y orientación para segmentar anuncios en internet, así como técnicas dark pattern, como banners escondidos o los procesos complejos para darse de baja.

En cuarto lugar, la Unión busca reducir la falsificación de productos fortaleciendo los mecanismos de control sobre aquello que se ofrece en los eCommerce.

Precisamente sobre el impacto que la DSA tendrá en las tiendas online se pronuncia la compañía especializada en soluciones tecnológicas para la gestión de intercambios B2B y B2C Generix Group.

Hay seis cuestiones que deberán vigilar en relación con su negocio. Se trata de la adopción de medidas que permitan combatir el problema de los contenidos ilícitos, sobre todo el odio y la desinformación, que mejoren la trazabilidad de los productos para detectar a los vendedores que no cumplen con la ley y que ofrezcan garantías efectivas a los usuarios, como la posibilidad de recurrir decisiones de moderación si se restringen o retiran sus contenidos.

También deberán mejorar la información sobre las condiciones de uso (y los algoritmos utilizados), incrementar la transparencia en las comunicaciones publicitarias y de marketing de influencers y abandonar la publicidad dirigida a niños, además de aquella basada en el origen étnico, la orientación sexual y la opinión política.

Para “proteger a los usuarios en la red y convertir internet en un espacio más seguro”, reiteran desde Generix Group, “el nuevo Reglamento pretende poner en práctica el principio de que aquello ilegal en el mundo físico lo sea también en el online”.

Además de las tiendas online, otras plataformas de contenidos afectadas por la nueva norma son los motores de búsqueda, las redes sociales y los sitios de viaje que operan en Europa, tengan o no su sede en suelo comunitario.

Las microempresas y los pequeños negocios con menos de 45 millones de usuarios quedan exentos de algunas obligaciones.