Madrid, “corazón del ecosistema de internet del sur de Europa”

La capital española ha incrementado su ancho de banda cerca de un 20 % en los últimos cinco años. Un estudio de TeleGeography destaca sus puntos fuertes.

La pandemia de coronavirus ha supuesto toda una prueba de fuego para la infraestructura de red. Durante meses, millones de personas se quedaron confinadas en sus casas y, desde ellas, siguieron trabajando, estudiando o buscando alternativas de ocio. El cambio de la presencialidad a la actividad en remoto se produjo prácticamente de un día para el otro.

El mundo no se detuvo ni en los momentos más crudos de la crisis sanitaria y esto en parte fue posible por la resistencia de soluciones tecnológicas “invisibles”, como internet, frente a un tráfico disparado.

En España, el centro de DE-CIX Madrid marcó durante el estado de alarma los 468,39 Gbit/s, favorecido por las videollamadas entre conocidos y las visualizaciones de servicios de streaming. Desde entonces, la transferencia de datos no ha dejado de crecer, con picos máximos que superan los 650 Gbps.

La capital del Estado se consolida así como “corazón del ecosistema de internet del sur de Europa”. Un estudio de la propia DE-CIX, EllaLink e Interxion, elaborado por TeleGeography, destaca el papel de la península ibérica como punto de interconexión entre el viejo continente y el resto del mundo.

La península “está preparada para hacer frente a la creciente demanda de interconexión y convertirse en un punto neurálgico para el tráfico procedente de América, África, Oriente Medio y Asia”, describe Ivo Ivanov, CEO de DE-CIX International, que recuerda que “la creciente sofisticación de las aplicaciones y los contenidos digitales requiere una infraestructura de interconexión lo más cerca posible de los usuarios finales”.

“Esto garantiza la menor latencia posible, lo que se ha convertido en la moneda de cambio de la era digital, y ofrece la mejor experiencia a las personas y a los negocios”, termina.

Por su parte Raquel Figueruelo, directora de marketing de Interxion, apunta que, “por su situación geográfica, capacidad y conectividad con el resto del continente, cada vez vemos más actores que están apostando por Madrid para ubicar sus centros de datos y regiones cloud”.

“El mapa de interconexión del Sur de Europa”, que así se llama el informe impulsado por ambas compañías, revela que el ancho de banda del sur de Europa ha crecido un 30 % interanual desde 2016, alcanzando los 150 Tbps de capacidad. En Madrid el ancho de banda ha crecido un 18 %, con casi 15 Tbps. También destaca la evolución de Barcelona, con una mejoría del 35 % y sus 5 Tbps.

En cuanto a los centros de datos, Madrid, aporta el 25 % de este tipo de infraestructuras entre las ciudades analizadas en el sur de Europa, con 98 000 metros cuadrados de espacio de colocación.

En los últimos cinco años, Madrid ha pasado de tener un tráfico casi exclusivamente europeo a ver cómo se han ido expandiendo sus conexiones. La conectividad con el norte de África suma una décima parte del tráfico total en la actualidad. También se ha intensificado la relación con Norteamérica, incluyendo el interés de gigantes de la nube como Amazon, Google o Microsoft que van buscando nuevas localizaciones para sus regiones cloud.

¿Y los cables submarinos? El sur de Europa está conectado por mar con 45 cables submarinos. De ellos 10 conectan con España y otros 9 con Portugal. Otra media docena se encuentra en pleno proceso de despliegue y de ellos la mitad anclarán en la península. Se trata de Grace Hopper (Bilbao), 2Africa (Barcelona y Lisboa) y Equiano (Lisboa).

Uno de los despliegues más recientes es el dce EllaLink, que entra desde Brasil directo por Lisboa. A partir de ahí forma un ecosistema de interconexión con Madrid, Barcelona, Marsella y Palermo.

“La construcción de cables submarinos es una de las prioridades para mejorar la interconexión a través de grandes distancias, especialmente para conectar territorios al otro lado del océano”, señala Diego Matas, COO de EllaLink.

“Con el despliegue de EllaLink lograremos reducir la latencia drásticamente entre América Latina y Europa, acortando más que nunca las distancias entre ambos continentes”, destaca. “Las nuevas latencias mejoradas cambiarán el modelo de entrega de TI de las empresas entre los continentes”.