El próximo 10 de noviembre tendrá lugar una vista en la Comisión Europea, en la que el fabricante de chips Qualcomm, va a presentar pruebas que le permitan demostrar que no empleó métodos anticompetitivos para quitar de en medio un rival.
En concreto, hace nueve meses la Comisión Europea acusó a Qualcomm de actuar de forma ilegal contra el fabricante británico de software para móviles Icera, al vender determinados chipsets por debajo del coste de fabricación entre los años 2009 y 2011, una estrategia que terminó con la desaparición de esa empresa.
Si los argumentos de la compañía de San Diego no convencen a las autoridades comunitarias y es declarada culpable de haber infringido las leyes de competencia de la UE, la empresa podría tener que enfrentarse a una multa de 2.500 millones de dólares, cantidad equivalente al 10 por ciento de sus ingresos en 2015, recogen en Reuters.
Junto a los dirigentes y personas declaren en el bando de Qualcomm, la vista que se celebrará en noviembre incluirá las intervenciones de funcionarios europeos de la Competencia y otros departamentos relevantes, así como miembros de otros organismos de la Competencia de países de la Unión Europea y otros grupos con interés en el caso.
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