Sin opción de teletrabajar, 1 de cada 3 personas buscaría otro empleo

Mientras, aumenta el número de empresas que creen que el modelo presencial es más productivo.

El estallido de la pandemia de coronavirus obligó a las empresas a dar cabida al teletrabajo, como fórmula para mantener su actividad mientras se velaba por las salud de los empleados. Ahora, cuatro años después del inicio del estado de alarma en España, tanto el teletrabajo como la conciliación y el cuidado de la salud mental se mantienen como pilares fundamentales de la cultura laboral.

Así lo indican los expertos de Hays, que ha publicado una nueva edición de su Guía del Mercado Laboral. En estos momentos, el porcentaje de organizaciones que ofrecen la posibilidad de teletrabajar totalmente, o al menos parcialmente, es del 60 %. En 2020 el modelo de trabajo flexible había llegado a un 45 % del tejido empresarial.

“La pandemia ha actuado como un agente transformador, obligando a las organizaciones a repensar sus modelos de trabajo y priorizar el bienestar de sus empleados”, comenta al respecto Silvia Piqueras, directora de Outsourced & Perm Recruitment Services en Hays España.

“La flexibilidad ya no es un simple beneficio, sino una demanda no negociable para la fuerza laboral del siglo XXI”, señala. “Con lo que las empresas que se aferran exclusivamente al modelo tradicional corren el riesgo de perder talento y quedar rezagadas en un mercado en constante evolución”.

En este sentido cabe señalar que la Guía refleja un cambio significativo, en tan sólo doce meses, en la percepción del trabajo en remoto y el trabajo presencial. Este segundo modelo ha pasado de ser considerado el más productivo por parte de un 2 % de las empresas en 2023 a subir hasta un 20 % en la actualidad.

Del mismo modo, el porcentaje de los profesionales que opinan de esta forma pasa del 1 % al 14 %. Eso sí, hasta un 33 % de los empleados consideraría un cambio de trabajo si se viera obligado a adoptar de nuevo un modelo solamente presencial.

Sobre esto, Piqueras señala que “las posiciones que están de cara a cliente son las que tienen una mayor dificultad para integrar políticas flexibles, mientras que aquellos sectores como finanzas, digital, ingeniería, IT o life sciences son los que han podido incorporarlas con mayor facilidad, debido a la naturaleza de su trabajo”.