Windows de código abierto

Microsoft ha cambiado notablemente su visión hacia el software de código abierto, algo que parece ser una evolución desde la hostilidad más absoluta hacia una cordial coexistencia.

Hace un par de meses publicamos un artículo de cómo la compañía podría mantener y extender la posición de liderazgo de su plataforma si conseguía ir más allá de una mera tolerancia y adoptaba con contundencia la filosofía del código abierto.

Por supuesto, Microsoft no va a perder su posición de liderazgo a corto plazo. Windows está tan profundamente enraizado en nuestro entorno informático que Microsoft podría dejar de invertir hoy en sus desarrollos y seguir viviendo de las rentas durante otros quince años o más.

Sin embargo, nadie puede negar que Microsoft va a tener que enfrentarse a algunos desafíos bastante serios que amenazan su reinado, sobre todo el que tiene que ver con la Web, donde Google está haciendo muy buen trabajo transfiriendo el centro de gravedad al navegador y alejándolo de Windows o cualquier otra plataforma de sistema operativo.

Es fácil ver cómo el cambio hacia la web ha dado alas a competidores de Microsoft más pequeños, como la ascendente Apple, que es una empresa de electrónica de consumo con base informática y que sirve de alternativa a los linuxeros que buscan todo lo que sea nuevo en informática.

Uno de los aspectos interesantes en la estrategia de plataforma de Google es que lo que es bueno para la Web es bueno para Google, y la compañía lleva esta filosofía a la práctica a través de toda una serie de iniciativas destinadas a expandir y reafirmar la Web, incluidas las inversiones en empresas de capital y riesgo como Meraki y Clearwire, iniciativas de presión en torno al alojamiento del espectro inalámbrico en Estados Unidos, y otros intentos de código duro como su innovador navegador de código abierto Chrome.

Volviendo a Microsoft y a su plataforma baluarte, es evidente que lo que es bueno para Windows es bueno para Microsoft. Aunque pueda parecer una locura, sostenemos que el mejor movimiento que Microsoft podría hacer para ampliar el alcance y la fuerza de Windows sería liberar el código del sistema operativo.

Si Microsoft liberase Windows con una licencia de código abierto, podría beneficiarse de dos formas. En primer lugar, un Windows de código abierto podría conseguirse de forma gratuita, lo que significaría más puestos legítimos de Windows en todo el mundo y menos barreras para actualizar a la última versión del sistema. El resultado sería una red mayor y más moderna de nodos Windows a los que los ISVs podrían dirigir las ventas de sus aplicaciones.

En segundo lugar, un movimiento hacia Windows de código abierto inyectaría vitalidad e innovación en la plataforma, ya que legiones de empresas usuarias, vendedores y desarrolladores que han invertido hasta ahora en Windows podrían hacer evolucionar la plataforma en otras direcciones, a la manera en la que un número mucho más pequeño de accionistas hace ahora –con muy buenos resultados- en la comunidad Linux.