Cómo pedir disculpas a tus compañeros y clientes

Las disculpas no son fáciles, pero a veces son necesarias y, si se piden bien, pueden incluso mejorar nuestra imagen ante compañeros, empleados y clientes.

Equivocarse no es agradable. Y reconocerlo y pedir perdón por ello resulta en ocasiones aún más duro. Pero como es necesario, mejor tener en cuenta algunas técnicas para que las disculpas resulten eficaces, sencillas e incluso redunden en beneficio de nuestra imagen.

1. Tener en cuenta el lapso temporal. Cuanto antes nos disculpemos, antes resolveremos el problema y minimizaremos así el riesgo de que un conflicto personal enrarezca el ambiente de trabajo o dañe la relación comercial o profesional. Claro que si la discusión ha sido fuerte, sí es preciso dejar un pequeño margend e tiempo para esperar a que los ánimos se enfríen.

2. Tirar de primera persona. Si me equivoco yo, debo ser yo el protagonista de la disculpa. Nada de trasladar, aunque sea subrepticiamente, la responsabilidad del problema al otro. No hay que justificar nuestra actitud en base a la actitud del interlocutor.

3. Ser concreto. Antes que usar fórmulas estándar del tipo “si te he molestado, lo siento”, es preferible referirse a la fuente concreta del conflicto. Resulta más creíble y facilita no incurrir en el mismo error en el futuro.

4. No cargar la culpa a otro. Nada de “ya sé que no hice lo que debía, pero es que Gutiérrez…”. Las excusas externas, además de poco creíbles, contribuyen a extender el conclicto.

5. Propósito de enmienda. Sin recurrir al manido “me he equivocado, no volverá a ocurrir”, lo cierto es que la mejor forma de cerrar un enfrentamiento es disculparse y, a continuación, prometer un cambio de actitud, dar una solución al problema creado u ofrecer una compensación por el daño causado.