La justicia española da la razón a Blablacar

El Juzgado de lo Mercantil número 2 de Madrid considera que la startup francesa no supone una competencia desleal de los autobuses.

Blablacar podrá seguir operando en España como hasta ahora. La firma de economía colaborativa, que permite a conductores y pasajeros ponerse de acuerdo para hacer trayectos urbanos e interurbanos, ha obtenido una importante victoria en los tribunales de nuestro país que podría ser un importante precedente para litios similares que ocurran en el futuro.

El Juzgado de lo Mercantil número 2 de Madrid ha sentenciado que Blablacar no supone competencia desleal para los autobuses. De esta manera, la empresa de origen galo quedaría absuelta de las acusaciones presentadas por la patronal de este sector, Confebus, quien había emprendido acciones legales contra la casa y pedido su cierre cautelar.

La razón principal es que el tribunal cree que Blablacar no puede ser categorizada como una compañía de transportes. “Por las pruebas practicadas, queda probado al criterio de este Tribunal que Blablacar realiza una actividad ajena a la regulada por la LOTT, pues poner en contacto a particulares con más o menos requisitos, con un control de pagos, con una crítica de las personas intervinientes sobre retrasos o sobre la calidad de otros servicios, no es una actividad sujeta a la ley de ordenación del transporte terrestre”, recoge la sentencia.

“No existe ninguna actuación de la plataforma BlaBlaCar, y en consecuencia de los demandados, susceptible de incluirse en la regulación legal del transporte, base y fundamento de la demanda”, apunta el magistrado encargado del caso. El juez indica que la francesa deberá regirse por la Ley 34/2002 de servicios de la sociedad de la información y el comercio electrónico.

De esta manera, los jueces darían la razón al argumento legal usado por la startup, que defendía que no eran una compañía de transporte como tal, sino un servicio para intermediar entre personas que querían compartir gastos de viaje.

El año pasado el juez ya había desestimado el cierre cautelar de Blablacar, pero la empresa estaba pendiente de que se llevara a cabo una sentencia firme.