A las empresas españolas les cuesta deshacerse del papel

El estudio 2011 AR Automation, realizado en Estados Unidos por el Instituto Financiero de Operaciones y patrocinado por Esker, pone de manifiesto la larga distancia que queda por recorrer para llegar a la implantación total de la factura electrónica.

En Europa, de los 30.000 millones de facturas generadas en 2010, más de 2.200 fueron electrónicas, con más de 56 millones de usuarios que hicieron uso de las mismas.

El europeo no es un caso aislado. Las empresas de Estados Unidos, una de las principales potencias mundiales, tampoco están demasiado interesados en hacer desaparecer el papel. Según el estudio, el 80% de las compañías no planean evolucionar a la e-factura.

Y es que el entorno digital, a diferencia del papel, no genera por el momento demasiada confianza entre los consumidores.  Para Thomas M. Bohn, presidente y CEO del Instituto Financiero de Operaciones, el principal obstáculo en su adopción es “la carencia de clientes que adoptan la e-factura”.

Lo cierto es que a pesar de los beneficios financieros y mejoras en la eficiencia y ahorro de costes que supondría la adopción de la e-factura, sólo el 12% de las empresas españolas la utilizan.